MigraMedios

Glosario

Definiciones

Utilizamos el concepto de movilidad humana para comprender las diversas formas de desplazamiento de personas, dentro y fuera de fronteras nacionales. Abarcamos así los procesos tradicionales de migración internacional; la movilidad forzada; los desplazamientos internos; el tránsito a través de territorios nacionales; la circulación fronteriza y el nomadismo; entre otros... La idea de movilidad propone superar categorías vinculadas al pensamiento de estado y a concepciones nacionales, atravesadas por las lógicas burocrático-administrativas de los estado y las narrativas de origen e identidad de cada país.

El término migración engloba el proceso de salida, tránsito, llegada y permanencia de una persona de un país a otro. Busca comprender el fenómeno en su globalidad, desde la proyección de la migración, hasta los procesos de inclusión/exclusión en la sociedad receptora, así como las escalas, remigración y retorno. Dado que la migración siempre implica un proceso doble (emisión y recepción), utilizamos esta palabra para evitar sesgar el análisis hacia uno de los dos polos del proceso o construir un problema local (sea en la sociedad de partida o en la de destino), de un fenómeno que en sí mismo no es más o menos problemático que cualquier proceso social. En algunas oportunidades usamos emigración o inmigración, cuando observamos las formas en que los actores sociales en cuestión dan nombre al fenómeno “el problema de la inmigración” “la emigración como problema nacional” “inmigración e integración”; “crisis y emigración” “emigración y fuga de cerebros”, etc.

Por otro lado, inmigración / inmigrante también puede ser un término tomado en sentido político, que busca visualizar o identificar determinado tipo de reclamos, contextos de vulnerabilidad o acceso a derechos de una población específica, como en el caso de la expresión “lucha migrante”. 

Son todas aquellas formas de movilidad caracterizadas por salidas repentinas, y que responden más a condiciones externas que a proyectos personales / familiares. En general se vinculan a crisis políticas o diferentes formas de violencia. La migración forzada se caracteriza por no haber una voluntad explícita de dejar el lugar de origen. Se trata de una estrategia de supervivencia que se impone sobre el cotidiano de las personas que se desplazan. En algunos casos, estas personas quedan comprendidas en la figura del refugio, pero esto no necesariamente las define. Es importante recordar que el refugio es una categoría jurídica, definida por el derecho internacional y que define las características de una persona o un grupo en el país de recepción. La movilidad forzada es una categoría construída desde las ciencias sociales para comprender este tipo de fenómenos. 

Es una categoría que utilizan OIM y ACNUR para referir a desplazamientos colectivos donde los motivos que generan la salida y las características de la movilidad combinan situaciones de violencia con contextos más “clásicos” de migración. En las trayectorias individuales y en el colectivo, múltiples causales aparecen imbricadas. 

El refugio es una figura del derecho humanitario internacional para proteger a personas cuyos países de origen no pueden hacerlo, o que directamente amenazan su vida o su integridad. Inicialmente se centró en las situaciones generadas por la segunda guerra mundial, y tuvo su auge durante la guerra fría. En ese período se asoció a los derechos políticos y civiles y la libertad de expresión.

En la actualidad, a la persecución político/ideológica se suman motivos étnicos, religiosos, de género u orientación sexual, y más recientemente a refugiados y desplazados ambientales. Existen figuras de ayuda humanitaria asociadas al refugio que se utilizan en caso de catástrofes ambientales o sanitarias, náufragos y polizones, personas víctimas de trata, entre otros. El refugio siempre es fuera de las fronteras del país de origen,  dentro del territorio se denomina desplazamientos internos o desplazamientos forzados.

Hasta la aprobación de la ley 18.076, el estatuto de refugiado en Uruguay lo otorgaba ACNUR. En la actualidad, las solicitudes de refugio son analizadas por la Comisión de Refugiados (CORE), que analiza cada solicitud individualmente a partir de un complejo proceso de entrevistas. La protección del refugio se otorga cuando se comprueban motivos fundados de temor por la vida o integridad de la persona solicitante. El país que otorga la protección no puede “devolver” a los refugiados al país de origen ni expulsarlo. Esto se denomina principio de no devolución. La protección del refugio cesa sólo cuando la amenaza cesa comprobadamente o por solicitud de la persona refugiada.

    • En Uruguay obtener la protección de refugio (a diferencia del reasentamiento) no implica ninguna prestación económica, capacitación o beneficio específico, asignado por este estatuto. De necesitarlo, las personas refugiadas acceden a los programas sociales disponibles para nacionales y migrantes.

La concesión del estatuto de refugiado impone el resguardo de la identidad como una forma de protección. Dado que las personas refugiadas sufren persecución en diversas modalidades, el resguardo de la identidad, imagen y paradero es esencial para que la protección sea efectiva. 

REFUGIO Y CONFIDENCIALIDAD

La confidencialidad se refiere al manejo y difusión de datos personales por organismos oficiales, prensa y otros actores involucrados en los procesos de refugio y reasentamiento. No implica que puedan producirse informes, evaluaciones o cualquier tipo de relevamiento sobre los programas y acciones referidos a asilo, refugio y reasentamiento. Por otro lado, la confidencialidad no significa que las personas refugiadas estén imposibilitadas de hablar en prensa, presentarse públicamente o hacer uso de su derecho de participación y auto-representación. Al contrario, pueden hacerlo  cuándo cómo lo decidan y  con expresa autorización.

SOLICITANTE DE ASILO

Refiere a quien solicita el reconocimiento de la condición de refugiado y cuya solicitud no ha sido evaluada en forma definitiva. Desde el inicio del trámite de solicitud de refugio las personas solicitantes tienen derecho a tramitar la cédula de identidad provisoria, que estará vigente mientras se tramita la solicitud. De ser aprobada es necesario tramitar una nueva cédula como refugiado; de ser denegada la permanencia en territorio debe regularizarse bajo la ley de migraciones. Los solicitantes de asilo/refugio tienen derecho a la protección del estado uruguayo y se mantiene el principio de no devolución y expulsión, mientras la solicitud está siendo analizada. Esa protección no implica ningún tipo de beneficio o subsidio económico. 

El reasentamiento en un tercer país solidario se realiza a través de programas de ACNUR que busca resolver la presión de países que reciben un número importante de refugiados (en general, próximos a zonas de conflicto) y que por sobrecarga o presión de los nacionales no pueden garantizar la protección necesaria, también por persecución o amenazas en el país que les ha brindado refugio, se busca un reasentamiento en un tercer país, para brindar mayor seguridad. Los programas de reasentamiento buscan soluciones más duraderas y estables que el refugio en el país de llegada. Estas iniciativas se realizan entre ACNUR y los gobiernos de los países involucrados.

  • En Uruguay existen varios programas de reasentamiento, el más conocido fue el de niños/familias sirios refugiados en Líbano; pero también hay programas menos difundidos por los medios de prensa, por ejemplo, el reasentamiento de familias salvadoreñas. 
  • Reasentamiento de detenidos de Guantánamo: este plan fue enmarcado dentro de las iniciativas oficiales vinculadas al derecho humanitario internacional, pero no se ajusta a las características de reasentamiento de refugiados en el marco de ACNUR. Las personas de Guantánamo estaban detenidas de forma irregular y por lo tanto no estaban amparadas por el estatuto de refugiados. La negociación para su llegada al Uruguay fue una negociación entre los gobiernos de dos estados: Uruguay y Estados Unidos.

Personas no reconocidas como ciudadanos por ningún estado, sin posibilidad de exigir el reconocimiento de sus derechos, más que a la comunidad internacional. La apatridia puede ocurrir por varias razones, incluida la discriminación contra determinados grupos étnicos o religiosos, o por motivos de género; la aparición de nuevos Estados y las transferencias de territorio entre los Estados existentes, y vacíos en las leyes de nacionalidad. Cualquiera que sea la causa, la apatridia tiene graves consecuencias para las personas en casi todos los países y en todas las regiones del mundo. 

Por trata de personas se entiende la captación, el transporte, el traslado, o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza, al uso de la fuerza, al engaño o al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos. La trata puede estar vinculada o no a los desplazamientos internacionales. 

Conceptos clave

La xenofobia o discriminación por origen nacional se proyecta sobre personas extranjeras que se encuentran en el territorio nacional de forma permanente, en muchos casos reciben acusaciones de ocupar las oportunidades de los nacionales para obtener trabajo y buenos salarios. La xenofobia se relaciona directamente con fenómenos de nacionalismo, en los que se protege una identidad nacional, entendida como homogénea y originaria de quienes emigran. Analíticamente esta forma de discriminación puede ser diferenciada del racismo, pero  cuando analizamos situaciones concretas encontramos que no es tan fácil realizar una clasificación de los motivos activados en estas formas de violencia. Si la xenofobia opera a partir de la distinción entre poblaciones originarias de un territorio y extranjeras, los marcadores por los cuales esa diferencia se hace visible a través de la apariencia que incluye características físicas, actitudes corporales y formas de vestir u ocupar el espacio público e idiomas o acentos particulares.

Son todas las conductas, acciones, expresiones, políticas o normativas que buscan situar a un grupo de personas en una posición de superioridad en relación a otros supuestamente pertenecientes a las razas consideradas inferiores. Se entienden las razas como construcciones sociales e históricas, que adquieren diferentes expresiones en cada contexto cultural, pero que inevitablemente implican formas de esencialización de lo biológico, jerarquización de la diversidad y naturalización de la diferencia. En el contexto latinoamericano, el racismo comprende también a las construcciones de categorías en base étnica que tienden a interpretar la diferencia cultural como características heredables y naturalizadas. En este sentido podemos decir que la población indígena y descendiente de indígena puede ser víctima de racismo interaccional, estructural e institucional. Estas situaciones pueden ser definidas también como discriminación con bases étnicas. 

NACIONALISMO METODOLÓGICO

Muchos de los análisis sobre las migraciones y las políticas migratorias tienden a tomar la existencia de los Estados-nación como algo natural, sin prestar demasiada atención a la necesidad estatal de clasificar y diferenciar a las poblaciones. Esto resulta en un obstáculo epistemológico relevante a la hora de abordar la migración como un proceso transnacional. El ascendiente que ejerce el Estado sobre los instrumentos de construcción de la realidad es particularmente determinante en el caso de la migración. El Estado construye una base nacional, que parte de una distinción esencial entre nacionales y no-nacionales, como primer eje de diferenciación entre “nosotros” y “ellos”, demarcación ideológica y esencializante, que tiende a atravesar tanto el sentido común como el pensamiento científico. El proceso de construcción del Estado-nación ha moldeado profundamente los modos en que la inmigración ha sido percibida y recibida, y estas percepciones han influenciado la teoría y metodología de las Ciencias Sociales, en especial sus discursos sobre la inmigración y la integración. 

Se trata de tres conceptos o formas de pensar los procesos de incorporación de las personas migrantes (otros nacionales / otros culturales) al cuerpo colectivo de la sociedad receptora. Las diferencias entre esos conceptos radican en la forma en que se gestiona la diversidad cultural (religiosa, lingüística, política, de estructuras familiares y de género, de alimentación…). 

  • La asimilación supone la disolución de todas las singularidades de las personas migrantes, incorporando las formas de vida, horizontes de expectativa y pautas de comportamiento de la sociedad de acogida. El proceso de asimilación estaría completo en la medida en que éstas abandonan (de forma voluntaria o por coacción) la inscripción en su sociedad de origen y se pliega a la sociedad de acogida. Se trata de un proceso ilusorio -más allá de la violencia simbólica real que supone- , en la medida en que todas las sociedades construyen mecanismos para marcar y jerarquizar las diferencias. Más allá de la voluntad personal de “pasar” por uno más, la diferencia del migrante se construye en términos sociales a partir de marcadores raciales, lingüísticos o culturales, que le impiden su asimilación completa. En la actualidad, en función de avances jurídicos que reconocen el derecho a la identidad individual y colectiva la propuesta explícita de asimilación como forma de gestionar la diversidad cultural implícita en la migración ha caído en desuso. Sin embargo, el mandato de asimilación proyectado sobre las personas migrantes continúa vigente en gran parte de los discursos sociales y políticos. 
  • El concepto de integración, en tanto busca evitar la violencia inherente a los procesos de asimilación, procura establecer su significado en torno a las nociones de convivencia armónica e identidad colectiva compartida. Integrarse significa identificarse con la comunidad nacional y sus mandatos de fidelidad, más allá de la permanencia o no de rasgos culturales distintivos – que pasan a ser romantizados o folcklorizados. El mandato del “inmigrante integrado”, no es el abandono de su identidad cultural, sino la subordinación de ésta a los “valores nacionales” definidos por la sociedad de acogida. Solo es posible hablar de integración de forma retrospectiva, para decir si el proceso “ha fracasado” o “ha sido exitoso”. Es el caso de las migraciones del S XIX y comienzos del S XX en Uruguay y la región, en que una evaluación positiva de los procesos de integración son tomados como modelo para el análisis de otras realidades y contextos. 
  • El término inclusión es el más adoptado en la actualidad y supone una aproximación a los supuestos de respeto a la identidad y diversidad cultural. La inclusión, como superación del concepto de integración se propone como un concepto más técnico y neutral, en el que los intereses de la sociedad de acogida y colectivos migrantes estarían en plano de igualdad, y el diálogo intercultural se procesaría horizontalmente. 

El multiculturalismo se refiere a la situación de hecho en la que las sociedades son diversas. Esta diversidad se manifiesta en la presencia de grupos diferentes según por ejemplo: nacionalidad, etnia, creencias, etc.  Visibiliza la heterogeneidad presente en todo territorio que no puede reducirse a posiciones homogeneizadoras universales.


Sin embargo, ante el uso del concepto, se han presentado críticas vinculadas a la consideración de las diferencias como entidades cerradas, esencialmente constituidas, que forman etiquetas culturales no traducibles.

El multiculturalismo es criticado como concepto que visibiliza la diferencia pero no se pregunta por la articulación de esos fragmentos, impidiendo el abordaje de las disputas culturales, de las barreras en el acceso a derechos y de las identidades plurales.


La interculturalidad reivindicada en América Latina por los pueblos originarios en la lucha por el reconocimiento de las culturas previo a la conquista, reconoce las diferencias jerárquicas que se explicitan en el intercambio entre culturas. A su vez, propone prácticas que busquen revertir estas relaciones de desigualdad, con una perspectiva de acceso a derechos y al reconocer el valor de cada grupo en su diferencia como en su igualdad para enriquecer al conjunto social.

Este concepto abarca  una variedad de actividades y procesos mediante los cuales las personas migrantescrean y mantienen diversas relaciones sociales que conectan las sociedades de origen y destino. 

Algunos autores proponen definiciones más restringidas, limitando el concepto de transnacionalidad a prácticas organizadas por actores no institucionales que operan a través de las fronteras y fuera del control estatal. Varios estudiosos han defendido el desarrollo del transnacionalismo migrante como una nueva perspectiva teórica sobre la migración, formulando tipologías relativas a sus formas, niveles y grados. Podemos distinguire entre un transnacionalismo desde arriba (actividades transfronterizas de gobiernos y corporaciones multinacionales) y el transnacionalismo desde abajo (iniciativas de actores de la sociedad civil, como ONG, movimientos sociales e inmigrantes, que actúan a través de las fronteras). También podemos diferenciar entre un transnacionalismo en sentido "amplio" —un conjunto de prácticas que incluye actividades económicas, políticas y socio-culturales tanto regulares como ocasionales— y un transnacionalismo "estricto" que solo incluye prácticas regulares.

 

Far far away, behind the word mountains, far from the countries Vokalia and Consonantia, there live the blind texts. Separated they live in Bookmarksgrove right at the coast
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Género y migraciones

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Lingüística

Se refiere a prácticas y experiencias injustas en las que las personas reciben un trato desfavorable debido a su idioma o su dialecto/variante. Esta discriminación suele coincidir con prejuicios socioculturales más amplios, como los que apuntan a clases sociales o a identidades raciales. Las características lingüísticas como el acento o el dialecto a menudo sirven como indicadores de discriminación basada en clase, raza, etnia, lugar de origen o género. Esta naturaleza dual de la discriminación lingüística resalta cómo el lenguaje puede avivar prejuicios o actuar como un conducto para prejuicios contra diversas facetas de la identidad en las interacciones interpersonales.

La ideología lingüística se refiere a conjuntos de creencias, sentimientos y concepciones sobre la estructura y el uso del lenguaje que los individuos articulan para racionalizar o justificar las normas lingüísticas percibidas. Estas creencias a menudo reflejan los intereses políticos y económicos de los hablantes, los grupos étnicos y los estados-nación, destacando su posicionamiento dentro de los sistemas socioeconómicos y abordando diversas formas de desigualdad social.

La raciolingüística es un enfoque teórico y metodológico que investiga cómo la relación entre lengua y raza afecta diversas áreas de la sociedad. Derivada de la sociolingüística y la antropología lingüística, esta disciplina analiza cómo las jerarquías lingüísticas posicionan ciertas lenguas como superiores a otras, y cómo las divisiones coloniales continúan influyendo en las ideologías lingüísticas y raciales contemporáneas. Además, la raciolingüística busca entender los significados complejos y las implicaciones del habla de personas racializadas, así como cómo la interacción entre raza y lengua afecta aspectos como la política y la educación.

El prestigio lingüístico se refiere a la consideración o valor positivo atribuido a variedades específicas de una lengua. Las variantes estándar suelen gozar de un prestigio manifiesto (overt prestige), reconocido ampliamente como prestigioso debido a su asociación con la educación formal y las instituciones autorizadas. Sin embargo, las comunidades locales, ya sean regionales, étnicas o sociales, pueden conferir un prestigio encubierto (covert prestige) a variantes no estándar que se hablan dentro de su propio grupo. Este prestigio encubierto refleja un tipo diferente de estima social, que enfatiza la identidad y la solidaridad locales en lugar de la aprobación institucional formal.

Un dialecto es una variedad de lengua característica de un grupo de hablantes. El término "dialecto" es sinónimo de "variante" o "variedad dialectal", sin embargo, se prefiere el término "variante" al de "dialecto" debido a sus connotaciones neutrales. Las variantes de una lengua reflejan principalmente patrones de habla regionales, pero también pueden definirse por factores como la clase social, la raza y la etnia, o el género y el sexo de la comunidad de habla.